Para la cultura católica de la época, las relaciones sexuales debían estar estrictamente reservadas para la reproducción de la especie humana y solo darse dentro del sagrado matrimonio. Pero aún dentro del normal y legítimo matrimonio entre un hombre y una mujer, la Iglesia Católica imponía reglas morales de cómo, cuándo y dónde se podían mantener relaciones sexuales.
- No estaba permitido ningún acto sexual que no sea el estrictamente necesario para concebir un niño en la mujer.
- No se podía tener sexo los domingos, ni los jueves, ni los viernes, ni los sábados.
- No se podía tener sexo en horas del día, solo por las noches.
- No se podía tener sexo durante la Cuaresma, tampoco en los 35 días previos a la Navidad, ni tampoco en los 40 días previos a la fiesta de Pentecostés.
- Tampoco se podían mantener relaciones sexuales si era una día en que se celebraba un Santo.

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